En esta dimensión se evalúa si el colectivo escolar organiza y promueve acciones para que las instalaciones cuenten con condiciones adecuadas de funcionalidad y accesibilidad, así como con el mobiliario y el equipamiento necesarios para tener un ambiente favorable a la enseñanza y al aprendizaje, en un entorno saludable y seguro.

Se evalúa si la escuela da prioridad al aprendizaje y cuáles son sus resultados de logro; además de verificar que las estrategias implementadas aseguren la asistencia, la permanencia y el aprendizaje de todos los alumnos. Se considera para ello que se atienda la diversidad y se favorezca la equidad en las oportunidades del aprendizaje; que se ofrezca una atención oportuna para disminuir los índices de reprobación, deserción y rezago.

También se valora si la escuela implementa acciones para impulsar la educación global, para fomentar el deporte y la sana alimentación, para incentivar la participación y colaboración activa de los estudiantes en la sociedad, así como para fomentar el bienestar socioemocional de los estudiantes y docentes y favorecer un ambiente de sana convivencia.

Los indicadores de esta dimensión se orientan a valorar si el colectivo docente, a partir de la reflexión colectiva de su práctica, reconoce sus necesidades de formación y de manera colegiada y en lo individual, participa en procesos de formación, actualización y superación profesional, aplicando los conocimientos adquiridos en la mejora de la práctica docente. Además, se verifica si existen espacios de aprendizaje entre pares para compartir experiencias de la práctica profesional. Se consideran así mismo, las características de la planeación y evaluación didáctica y la reflexión y mejora permanentes, como referentes de la praxis educativa.

En esta dimensión se consideran indicadores para verificar si el personal de la escuela, padres de familia y miembros de la comunidad, a través del Consejo de Participación Escolar (CPE), toman decisiones y ejecutan acciones de manera conjunta en beneficio de la mejora de la escuela y del aprendizaje de los alumnos. Por otro lado, se evalúa que los padres de familia estén informados sobre los resultados académicos de sus hijos y se involucren activamente en su aprendizaje.

Esta dimensión contempla indicadores para valorar el ejercicio del liderazgo académico, organizativo, administrativo y social del director, para la transformación de la comunidad escolar, promoviendo un ambiente de colaboración y respeto e involucrando a docentes, alumnos y padres de familia en la definición de las acciones de mejora. Además, se verifica que coordine los procesos de planeación y evaluación institucional desde el espacio del Consejo Técnico Escolar (CTE), propiciando la participación activa de los docentes. También se evalúa que desarrolle acciones de acompañamiento académico, además, de llevar el control administrativo y rendir cuentas a la comunidad escolar sobre los resultados educativos y el uso de los recursos con la finalidad de Fortalecer de los procesos de gestión encaminados a prestar con eficiencia los servicios educativos.